¿Alguna vez te has preguntado qué hace que los tatuajes se vuelvan permanentes en la piel?
La mayoría de las personas responde que es porque la tinta penetra tan profundamente en la piel que no puede salir. Sin embargo, esta no es la verdadera razón.
Puedes agradecer a tu sistema inmunitario por evitar que nuevo tatuaje se desprenda con las células muertas de la piel que pierde todos los días.
Cuando te has un tatuaje, pequeñas agujas cargadas de tinta perforarán la piel y penetrarán tanto en la epidermis –– la capa más externa de la piel ––, como en la dermis –– la capa interna de la piel ––, que contiene vasos sanguíneos, folículos pilosos, glándulas, nervios y vasos linfáticos.
4 COSAS QUE NO SABÍAS ACERCA DE LOS TATUAJES
Las heridas producidas por las agujas causan inflamación, y el sistema inmunitario reacciona rápidamente enviando un tipo de glóbulos blancos conocidos como macrófagos para sanar el área afectada.
Este proceso es lo que hace que los tatuajes sean permanentes.
Así es que, el secreto de un tatuaje permanente es, de hecho, la inflamación permanente.
Ayudar al proceso de curación
Los macrófagos son células ‘hambrientas’ que engullen material extraño, en este caso partículas de colorante, para acelerar el proceso de curación de heridas.
Algunos de los macrófagos que han ‘comido’ las partículas volverán a los ganglios linfáticos, pero otros permanecerán en la dermis.
El resto de la tinta será absorbida por las células de la piel conocidas como fibroblastos, y estas, junto con los macrófagos, harán que el tatuaje sea permanente.
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