La Constitución Mexicana.
Por Raúl Terrazas Barraza
Para eso de conmemorar el Aniversario 103 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en el Congreso de Tamaulipas, llevó a cabo una conferencia denominada, La Defensa de la Constitución a la Luz de la Reforma de 2011, que fue dictada por el Guillermo Cuautle Vargas, Magistrado del Primer Tribunal Colegiado en Materias Administrativa y Civil, del Décimo Noveno Circuito de Tamaulipas.
Hace tres años, cuando el dirigente del PAN en México, Marko Antonio Cortés Mendoza, fue Diputado Federal y tenía a su cargo la Junta de Coordinación Política, escribió sobre la Constitución de México que es palabra viva y contenido imperante que, cien años después se mantiene vigente en pleno siglo XXI y lo hizo cuándo le tocó prologar un documento denominado 500 Reflexiones acerca de la Constitución de 1917, porque esa una fecha histórica para los Legisladores y el momento de considerar la magnitud del documento que dio nueva forma al país, de aquel entonces.
Este cinco de febrero, no debió pasar desapercibido para los mexicanos, porque la Constitución del país, cumplió 103 años y desde su base en la que define las garantías de los ciudadanos hasta la obligaciones que tiene el Estado Mexicano para desarrollar la nación y procurar su progreso, está convertida en un documento de consumo y de consulta para que haya armonía entre los habitantes del país.
En la Conferencia dictada por el Magistrado Cuautle Vargas, se defienden los textos constitucionales, porque entrañan objetivos con mucha visión, naturalidad en el abordaje de los derechos fundamentales de los ciudadanos y misión clara hacia el país con el cual, las generaciones de mexicanos soñaron, sueñan y sonarán.
Defender la Constitución de México de las reformas, es quizá una condición elemental de los ciudadanos, pero, adquiere una tonalidad diferente, cuándo se trata de evitar que las modificaciones sean a modo de quienes detentan el poder, porque se pierde la visión a favor del pueblo que le dieron los constitucionalistas.
En ocasión de los cien años de la Constitución, la entonces diputada Federal y ahora Legisladora plurinominal local, Yahleel Abdalá Carmona, dijo que, la Carta Magna es un pacto entre las generaciones, una línea del tiempo que da continuidad histórica y jurídica, que vincula a la sociedad con el pasado, pero, permite avanzar con bases sólidas hacia el futuro.
Subrayó además que siempre le impresionó la visión de quienes realizaron la Constitución, quienes, entre otras cosas demostraron un gran amor por la patria, mismo que les llevó a luchar de manera incansable por sus ideas y dejar plasmada su lucha a favor de los mexicanos.
Otra exdiputada, Montserrat Arcos Velázquez, afirmó que, la Constitución es la cabeza del sistema jurídico mexicano en donde se establecen los derechos humanos y los derechos fundamentales del ciudadano y que, los Legisladores tienen la obligación de llevar acabo reformas para alcanzar el desarrollo y crecimiento económico que exige el país, mediante normas eficaces acorde al tiempo que toca vivir a las nuevas generaciones.
Como Diputado que fue, Agustín Basave Benítez, el exdirigente perredista indicó que la Constitución tiene tres vicios de origen, lejanía entre norma y realidad, no exigibilidad de derechos sociales y prolijidad y alambicamiento programáticos provocados por las múltiples enmiendas.
Que una Carta Magna tan extensa y tan coyuntural es intrínsecamente inestable e inevitablemente incoherente, por tanto que, en el vértice de la jerarquía normativa deben estar sólo los trazos de largo aliento y el gran diseño de una sociedad política, ya que, para lo demás están las leyes secundarias y los reglamentos.
Por su lado, el dirigente del Partido Movimiento Ciudadano, Gustavo Adolfo Cárdenas Gutiérrez, dijo de la Constitución que devino del movimiento armado que inició en 1910 y que concluyó con la instauración del Congreso
Constituyente por Venustiano Carranza y que su contenido ha sido reformado casi 700 veces.
Un exdirigente del PAN, Manuel Espino Barrientos, hizo ver que la Constitución, a pesar de las múltiples reformas, su esencia social permanece y ello significa un acierto que debe reconocerse a los constituyentes de 1917 quienes, desde una visión liberal en un país altamente conservador, recogiendo influencias del pensamiento y tendencias políticas de la época, lograron incorporar preceptos que entonces parecían signo de contradicción para algunos, mientras que para otros —como José Vasconcelos— eran “piedra de escándalo” por su radicalización ideológica en temas clave como educación, religión, ejercicio de libertades, dimensión social de la propiedad, relaciones obrero patronales, cuestiones agrarias dominio eminente de la nación sobre sus riquezas naturales.
Para el exdiputado Miguel González Salum, más que una guía constitutiva del Estado, la Carta Magna se refiere a organización social, pero al mismo tiempo a la supervivencia histórica y futura. La gobernación del cuerpo social que hila con hechos de sangre y heroísmo, formadores de cultura, derecho, historia y vida.
Es fundamental para crecimiento económico exponencial y radicalmente indicativo regulador de fortaleza cultural, que permite al país crecer sin perder las culturas ancestrales.
En tanto, la Senadora y exdiputada Federal, Mercedes Guillén Vicente, la Constitución es una invitación permanente a reflexionar sobre los acontecimientos históricos y las expectativas plasmadas en el proyecto de nación emanado de ella.
Es además una convocatoria a rendir homenaje a los Constituyentes que la concibieron, para que a través de su difusión se conozca la riqueza de sus debates y de su patriotismo; es recordar las ideas vanguardistas y las formas de proteger los derechos fundamentales de cada persona, que culminan en un régimen político vivo y vigente, que al mantener inalterada su esencia, refrenda su vitalidad al reformarse para construir en la pluralidad, la inclusión, la democracia y la libertad, una verdadera sociedad de derechos.
En definitiva, más cosas tienen que decirse, hablarse, discutirse y analizarse, para que la Constitución esté más viva y que, su contenido no se quede en el olvido porque el festejo de su aniversario se hizo por adelantado en la sociedad y que, por desgracia cada vez son menos quienes conocen, así que, difundirla debe convertirse en un reto de las autoridades gubernamentales.
Alguien dijo, Constitución habemus y mexicanos “debemus” mínimo hojearla, porque allí está la esencia de una nación que pretende significarse en el tiempo.
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