El 6 de junio dejó grandes enseñanzas a México, a nivel internacional la visita que Kamala
Harris vicepresidenta de los EU, programó para el día 8. dependía de los resultados
electorales, pero como fueron adversos a los intereses norteamericanos y a los grupos
neoliberales, porque el electorado validó a la 4T, dicha visita se aguadó, no hubo
argumentos para exigirle al presidente un cambio de política económica y social.
Quedando en una desangelada visita con poca trascendencia, La expresión de Kamala
donde argumentó que “dejé claro a México”, el Secretario de Relaciones
Exteriores Marcelo Ebrard Cassaubon de inmediato le enmendó la plana y la
desdijo, no quedó más opción que la subjefa de Estado de EE.
UU. aclaró que su reprimenda había sido con el presidente de Guatemala,
¡gulp!.
En lo nacional la formula ideada por Claudio X González, Coparmex, Ongs
financiadas por USA, periodistas chayoteros e intelectuales orgánicos donde
según ellos echaron toda la carne al asador con el PRIANRD y los cerros de
billetes que derramaron fue un fiasco.
Esto dejó en la orfandad a las almas ingenuas que apostaron por su triunfo,
perdieron 11 gubernaturas de las 15 en juego, se acabó ipso facto su unión
de gobernadores federalistas y se ganaron 18 congresos estatales que ahora
tienen el fierro de Morena y garantizan cualquier reforma constitucional.
Lo relevante son los triunfos en Tamaulipas, en sus principales ciudades y
de la frontera entre las que destacan Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros,
Cd. Victoria y Madero entre otros. Se obtuvieron 6 diputaciones federales de
8, por lo que la pinza se cierra con un poder bárbaro, en sus alcaldes,
diputados locales y federales.
Lo anterior garantiza el triunfo de Morena en la próxima e inminente
candidatura a la Gubernatura Tamaulipeca, con tres gallos sueltos Alejandro
Rojas Díaz Durán, Américo Villarreal Anaya y Rodolfo González Valderrama,
hombres con visión diametralmente opuesta al actual inquilino de palacio de
gobierno e intereses netamente populares.
El partido MORENA deberá ser atendido de inmediato, las cochinadas que
hicieron con su membrecía deben ser remediadas, por ello urge que se
convoque a la brevedad a formar los Comités estatales y municipales de la
república, ganaron por la estrategia de asignar candidaturas a cuadros ya
posicionados del partido que fuera, pero debe vigilarse que se dé la inclusión
en los gobiernos de sus militancias que demostraron inconformidad.
Jamás debe permitirse el partido hacer convocatorias que se estén
cambiando al calor de las coaliciones, convocando a sus precandidatos a salir
a la palestra sin ninguna seguridad impidiéndoles pedir permisos en sus
puestos laborables que exigen 3 meses de anticipación antes del proceso
electoral, los que lo hicieron se quedaron sin laborar y sin candidatura. Una
burla aquí y en china.
Nos deja en claro que el partido trabaja a prueba y error, falta un verdadero
liderazgo, el efecto Obrador fue el detonante y decidió las candidaturas, hay
una base electoral muy fuerte compuesta por los beneficiarios de los
programas sociales y esta se volcó a votar. Los neoliberales cavaron su
propia tumba al oponerse a los apoyos a la gente precaria.
El partido y Mario Delgado no decidieron la elección, fue pragmática, pero
debe trabajarse fuerte en capacitar a sus cuadros en una ideología
nacionalista y de anticorrupción, Mario Delgado y compañía deben abandonar
la dirigencia nacional, ganó la elección AMLO, debe entrar un especialista en
ciencia política y/o sociólogo.
La sociedad ha cambiado, ya se dio cuenta de su poderío, del valor del voto,
se prostituyeron desde hace tiempo las estructuras partidarias a tal grado
que no hay base confiable, actúan por su interés y te dicen que están contigo,
al final votan en su interés de clase.
No olvidemos que el ser humano es emotivo por naturaleza, eso quedó
demostrado este 6 de junio, si los gobernantes que llegaron como dijo el
clásico “haiga sido como haiga sido” ahora deben congraciarse con el partido
que les ha dado cobijo y protección, protegiendo a su militancia y olvidar su
pasado partidista, ¡ha muerto el Rey, viva el Rey!
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