El Supremo Tribunal Federal de Brasil alcanzó una mayoría de votos para condenar al expresidente Jair Bolsonaro por liderar un intento de golpe de Estado tras las elecciones de 2022. Se trata de un hecho histórico, pues es la primera vez que un exmandatario brasileño es condenado por este delito.
La jueza Cármen Lúcia Antunes se sumó a los votos de los magistrados Flávio Dino y Alexandre de Moraes, relator del caso, quienes ya se habían pronunciado a favor de la condena en todos los cargos imputados: tentativa de golpe, organización criminal, abolición violenta del Estado democrático de derecho, daño al patrimonio público y deterioro de bienes protegidos. Finalmente, el juez Cristiano Zanin completó la mayoría de cuatro votos a favor de las acusaciones, frente a uno en contra, emitido el miércoles por el magistrado Luiz Fux.
Posibles consecuencias legales
La sentencia definitiva se fijará este viernes, y según la Fiscalía, Bolsonaro podría enfrentar hasta 40 años de prisión. Aunque el exmandatario de 70 años aún puede apelar ante el pleno de once integrantes de la corte, ese recurso solo revisaría aspectos específicos, como la duración de la pena o posibles contradicciones legales en la resolución.
Bolsonaro, quien se declaró inocente, cumple actualmente arresto domiciliario por haber violado medidas cautelares del tribunal. Aun así, el Código de Proceso Penal le reconoce prerrogativas de seguridad por su condición de excapitán del Ejército, lo que le permitiría acceder a un régimen especial de encarcelamiento.
Contexto y reacciones internacionales
El caso se remonta al asalto del 8 de enero de 2023, cuando cientos de simpatizantes del expresidente invadieron las sedes de los tres poderes en Brasilia. Más de 600 personas han sido condenadas por su participación, mientras que Bolsonaro fue señalado como líder de la organización criminal detrás del intento de golpe.
La decisión ha generado fuertes reacciones internacionales. En Estados Unidos, el presidente Donald Trump calificó el juicio como una “cacería de brujas” y advirtió que no dudará en usar el poder económico y militar estadounidense para “defender la libertad de expresión”. El gobierno de Lula da Silva respondió que la defensa de la democracia y el respeto a la voluntad popular son la base de esa libertad.
Polarización en Brasil
El juicio ha profundizado la polarización política en el país. El pasado domingo, durante el Día de la Independencia, miles de personas salieron a las calles en manifestaciones tanto a favor como en contra de Bolsonaro.
La Fiscalía sostiene que el expresidente y su círculo cercano planearon una trama para mantenerlo en el poder pese a su derrota electoral, que incluía incluso ataques contra Lula da Silva, el vicepresidente electo Geraldo Alckmin, y el juez Alexandre de Moraes.
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