Hong Kong comienza a retomar la normalidad después de casi dos días de parálisis por el paso del supertifón Ragasa, que obligó a mantener durante 11 horas la alerta de nivel 10, la más alta en el sistema local.
Las autoridades informaron que avanzan las labores de limpieza para retirar 1,220 árboles caídos y atender la reprogramación de más de 1,000 vuelos cancelados, situación que afectó a unos 140,000 pasajeros.
El fenómeno, apodado “la reina de las tormentas”, pasó a unos 100 kilómetros al sur de la ciudad durante la madrugada del miércoles. Su impacto obligó a suspender clases, transporte y actividades laborales, además de provocar inundaciones, daños en infraestructura y al menos un centenar de heridos.
En el distrito de Aberdeen, las olas rompieron cristales de un hotel de lujo, inundando su vestíbulo, aunque no se reportaron lesionados y el establecimiento sigue operativo.
El jefe ejecutivo, John Lee, supervisó las labores desde un centro de monitoreo y aseguró:
“El gobierno no baja la guardia y coordina a máxima velocidad los esfuerzos de recuperación”.
Aunque las autoridades destacaron que el impacto fue “bastante controlable” gracias a la planificación previa, residentes de la isla de Lantau y otras zonas costeras señalaron falta de apoyo antes y después del paso de Ragasa. Denunciaron que no recibieron materiales de protección ni asistencia, a diferencia de los distritos céntricos.
En comparación con el supertifón Mangkhut de 2018, que derribó 60,000 árboles y causó severos daños, el impacto de Ragasa resultó menor, algo que el gobierno atribuye a una mejor preparación.
El aeropuerto internacional, prácticamente paralizado, confirmó que la afectación alcanzó a 140,000 pasajeros con más de 1,000 vuelos cancelados o retrasados en dos días. Aunque la alerta se redujo a nivel 3, la reanudación de vuelos fue lenta por los vientos cruzados, con expectativa de normalizarse hacia el mediodía del jueves.
Hasta ahora se reportan 22 inundaciones, cuatro deslizamientos de tierra y más de 900 personas en refugios temporales. Las zonas costeras de Heng Fa Chuen y Sai Kung estuvieron entre las más golpeadas, con un incremento del nivel del mar superior a 1.5 metros.
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